en el caso de Alfonso Basavilbaso residía en Zaragoza en el año 1976 cuando se grabo este documento discografico
y actualmente aun reside en la capital aragonesa, no así su hermano que visitaba la ciudad
con asiduidad pero no residiendo de una forma permanente.
En noviembre de 1976 los hermanos Antonio y Alfonso Basavilbaso alquilan el granero colindante a la casa de una señora
y sus niños en un poblado costero de escasos habitantes en Asturias.
Allí pasan el mes entero, con la exclusiva compañía de una guitarra, un kazoo, una flauta de pico,
algún pequeño instrumento de percusión -como puede ser una caja de cerillas- y un magnetófono.
Ambos pasan el día tocando y dando largos paseos frente a la costa, simplemente habitando semejante paraje.
Esta grabación supone el registro sonoro de aquel acercamiento al silencio interno y al paisaje,
de ese momento en el que lo de dentro y lo de fuera se devuelven la mirada,
como cuando uno repara en que aquello que ha creado y el fruto de un árbol guardan una cierta correlación.
La mirada se convierte así en una forma de comunicación; y el silencio, en una vía directa por la que alejarse hacia un campo más ancho.
Tras una de las fuertes tormentas que hubo aquellos días, los dos hermanos fueron sorprendidos por un doble arcoiris
que salía desde el jardín de la casa y terminaba en el mar.
Será este pasmo, esta gran sorpresa lo que dará título al disco: ‘’Sorpresive Double Rainbow Back’’.
En estas grabaciones podemos encontrar guitarras progresivas, un uso constante de las técnicas de manipulación del sonido
empleadas en la música concreta, influencias del rock psicodélico y una inspiración folklórica.
Aunque todo esto se da fuera de cualquier contexto académico de música contemporánea, de tradición folklórica o de escena angloimportada.
Un documento interesante, en primer lugar, por el modus operandi de la banda: aislarse durante un mes.
Y por otro lado, debemos reparar en que no era frecuente para las gentes de la España del 76
dejar sus mentes cabalgar por estos páramos: estamos ante los últimos estertores de la dictadura
y el movimiento hippie español es algo marginal, salvando la excepción ibicenca.
Agradecimientos:
Alfonso Basavilbaso, Edu Mecanismo, Ricardo Duerto,
Tomás Basavilbaso
Mastering por Javi Vacuum
Cuadro de la portada por Antonio Basavilbaso
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