Después de emigrar de tierras mañas con dieciocho años y vivir en distintas ciudades españolas como Talavera de la Reina,
Granada, Cuenca o Mérida, o cruzar el charco y vivir por la grandiosa y humilde Latinoamérica,
tras siete años de exilio tocó por causalidades de la vida regresar a mi ciudad natal.
Aprendiendo amar mis raíces y establecer un encuentro profundo,
he usado en todo este camino la música como forma de colorear mi interior.
Pálpito es el pseudónimo que usé para llamar a esta maketa tan personal
que nace desde los resquicios del desencuentro-encuentro,
y a su vez de los comienzos de una forma de ver la vida, que es desde el corazón.
La música ha sido mi apoyo y mi bastón en los momentos más difíciles y en los momentos más felices,
la música ha sido mi forma de comunicarme y de comunicar al mundo que hay otras formas de ver la vida,
de poderse desnudar ante el otro y de saber que no hay miedo a mostrarse si sabemos
que todo lo que está en mí está también en el de enfrente.
Así pues, la música expresa una realidad interior movible, y aunque todo trasmuta todo vuelve,
y ahí dejé en todos mis escritos una experiencia poética acompañada de notas musicales,
y decidí auto producir estas humildes letras para poderle contarle al mundo
que pase lo que pase todo está bien. amor confianza y cariño.
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