Fue entonces cuando, llevando a cabo una locura de adolescentes, una noche de sábado entre trago y trago nos dió por formar un grupo musical
a 4 amigos, sin tener ni idea de tocar ningún instrumento, y movidos por nuestra admiración por el músico argentino Andrés Calamaro.
Se estaban formando los cimientos de JOYA NUNCA TAXI. Tuvimos que hacer el reparto de instrumentos, claro.. y yo elegí el piano,
en principio porque Calamaro era el instrumento que tocaba en sus conciertos, pero después me he dado cuenta de que me viene por los genes,
ya que mi madre tenía el titulo del conservatorio de piano.
De los 4 que eramos inicialmente, 1 se cayó rapidamente de la formación, lo dejó enseguida, y nos quedamos 3 (Oscar, Eduardo y yo),
que con toda la ilusión del mundo nos reformamos un local que nos prestó la familia de Eduardo y que estaba totalmente en ruinas.
Paralelamente a eso, nos apuntamos a una escuela de música, donde ibamos asimilando rapidamente nuestros primeros conocimientos,
y aplicandolos en nuestro ya flamante renovado local de ensayo, lugar que fue testigo de nuestros primeros acordes,
todavía sin temas propios, tocando versiones sobre todo de Andrés Calamaro y Los Rodriguez, y
en menos cantidad de gente como Los Secretos o Joaquín Sabina.
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