Llega a la Academia sabiendo tocar el piano, la guitarra y el ukelele.
Además, le encanta escuchar a Rosalía, María José Llergo y Florence and the Machine.
Tiene dos carreras: Publicidad y Relaciones Públicas y otra de Diseño Gráfico.
Gracias a esto, trabaja en una agencia de comunicación que ha tenido que dejar de lado
para luchar
por su sueño en el mundo de la música.
Nació una de las muchas noches de insomnio que tuve durante la cuarentena y el parón que hubo en OT.
Recuerdo estar escribiéndola a las 5 de la mañana y grabando pequeños audios en mi móvil de forma casi automática.
Las palabras salían por inercia. Esto es algo que se ha mantenido en su estado actual, sumando unos arreglos preciosos que trabajé con el gran Raül Refree, al que admiro desde hace mucho tiempo
y con el que he tenido la suerte de compartir el proceso de producción.
La letra habla de cuando alguien echa la vista atrás y le cuenta a la otra persona las consecuencias emocionales de su relación, pero a pesar de todo no abandona. Una atracción que incide en esa “rotura”,
de la que es consciente pero no puede escapar.
Me gusta pensar que la rotura ha quedado reparada y se ha convertido en un precioso regalo que compartir con el mundo.
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